Vamos a empezar recordando el pequeño “truco” para saber en qué lado del coche está ubicado el depósito de gasolina. Muy útil a la hora de repostar en la estación de servicio para no colocarnos lejos de la manguera y hacer ejercicio para conseguir que la boquilla entre, para poder suministrar el combustible.
Para ello hay que fijarse en el cuadro y buscar una pequeña flecha que se sitúa al lado de la aguja que indica el nivel de combustible disponible. Si esa flecha apunta a izquierda o a derecha, sabremos dónde está la tapa del depósito de combustible, y podremos situar así el coche para realizar la habitual labor de repostaje.
No parece que haya una norma clara para saber en qué parte del coche va el depósito de combustible. Dependiendo de cada marca y modelo su ubicación varía. Las diferentes regulaciones establecen que el depósito debe colocarse en la parte más ancha del vehículo, en una zona que sea susceptible de abollarse y que no pueda gotear sobre el tubo de escape o sobre el cableado eléctrico. Es decir, en uno de los laterales.
Seguridad
Por lo tanto, la principal motivación de la ubicación a uno u otro lado del vehículo es la seguridad. Se puede pensar que en los coches con el volante a la izquierda el depósito esté a la izquierda para proteger al conductor que se baja del vehículo a repostar. Eso tuvo antiguamente su razón de ser, pero con las estaciones de servicio actuales ya no.
Al final depende del diseño del propio coche, la situación y la protección del depósito bajo la carrocería. Además, es posible que, por la estructura y posición de otros elementos del vehículo, sea necesario colocarlo en uno u otro lado.
También surgió una idea de que se hacía así para que no se montaran colas en el mismo lado de los surtidores de la gasolinera.
Aunque el razonamiento más lógico es el que apunta a cuestiones tan importantes en el diseño de un vehículo como la distribución de pesos, o el aprovechamiento del espacio.
