Podemos evitar la falta de visibilidad que encontramos en el ángulo muerto.

Es cierto que cada vez más los coches incorporan tecnología para nuestra seguridad mientras vamos al volante y la de los acompañantes. Estos sistemas de ayuda a la conducción o ADAS integran también la detección del ángulo muerto, pero solo los coches más modernos, o aquellos más antiguos, pero de más alta gama incorporaban este sistema.

Por tanto, si tu coche no tiene ayudas a la conducción y no te avisa de cuándo tienes un obstáculo en tu ángulo muerto, lo mejor que puedes hacer es seguir los pasos que da la Dirección General de Tráfico (DGT) para regular tus retrovisores y así evitar sustos y conducir lo más seguro posible.

La regla de oro e infalible para regular los espejos retrovisores del exterior del vehículo es que se deben orientar más hacia el exterior, de tal forma que no veamos nuestro propio coche. De la forma que estamos acostumbrados, que es que se vea levemente el lateral de nuestro coche, perdemos parte de la visión y por lo tanto potenciamos el ángulo muerto.

En cuanto al espejo retrovisor interior, según indica la propia DGT la mejor manera de graduarlo es haciendo coincidir todas las esquinas de la luna trasera dentro del mismo.

También debemos tener en cuenta que los tres espejos retrovisores de nuestro vehículo funcionan complementándose entre sí. De modo que en cuanto veamos un coche por el retrovisor trasero, por ejemplo, y empiece a hacer una maniobra, dejará de verse detrás para hacerlo por el lateral. Por ello, hay que llevar los tres regulados correctamente para que tengamos la máxima visión de todo lo que sucede a nuestro alrededor y evitar accidentes.

Fuente: eurotaller.com