Se debe siempre mirar las predicciones meteorológicas antes de salir a la carretera para realizar un viaje, pero en esta época tan señalada es difícil poder aplazar un compromiso porque las fechas son las que son y no se puede faltar a una reunión familiar siempre con los números limitados y con todas las precauciones que aconsejan las autoridades sanitarias en medio de la pandemia.

Por tanto, es difícil poder aplazar bien la salida o la llegada a nuestra localidad de residencia. Así, y con la borrasca que tendremos estos días sobre todo el país nos pueden pillar rachas de viento fuertes, nevadas, heladas, precipitaciones abundantes y nieblas que podrían provocar dificultades en la conducción.

Por eso, es conveniente recordar que además de la prudencia al volante, es importante mantener la calma y extremar las precauciones con actitudes que refuercen la seguridad en la carretera.

Aumenta la distancia de seguridad

  • Lluvia: con el asfalto mojado, es imprescindible incrementar la distancia entre los vehículos. Las ruedas pierden adherencia y los frenos no reaccionan igual que con el asfalto seco. Hay que tener especial cuidado con el efecto aquaplaning que podría hacer patinar el vehículo y provocar percances mayores.
  • Hielo: ante las heladas, la pérdida de adherencia es mayor, por lo que, con un suelo tan resbaladizo la distancia de frenado se incrementa aún más. Por este motivo, lo mejor es reducir la marcha y conducir con suavidad. Recuerda utilizar el freno motor para mantener la velocidad constante.

Reduce la velocidad

  • Niebla: además de mojar la carretera, la pérdida de visibilidad que provocan es muy amplia, hasta el extremo de no ver más allá del capó del vehículo. Por eso, se debe reducir la velocidad y circular con mucha precaución. Solo de esta forma se puede mantener una cierta distancia de seguridad con los vehículos que preceden. No hay que olvidar que además de intentar aumentar el campo de visión en la medida de lo posible, es muy importante que el vehículo sea visto por el resto, por eso las luces antiniebla tienen que estar encendidas.

Agarra el volante más firme

  • Viento: cuando las rachas de viento son muy fuertes es importante reducir la velocidad y conducir en marchas más cortas para que el motor tenga más fuerza. El conductor tiene que sujetar firmemente el volante y evitar maniobras bruscas que puedan desestabilizar el vehículo, sobre todo al adelantar. Además, el viento puede provocar que caigan objetos sobre la calzada que pueden incrementar los riesgos.
  • Nieve: cuando empieza a nevar es importante disminuir la velocidad y circular en marchas largas en la medida de lo posible. Lo más peligroso de la nieve es el hielo que puede llegar a formarse después de un tiempo nevando y con temperaturas gélidas, por eso es importante, preferiblemente, transitar por carreteras principales, que son las primeras en limpiarse y en enviar ayuda en caso necesario. Por supuesto, si nieva y el vehículo tiene cadenas, hay que colocarlas en un lugar donde haya visibilidad y siempre sobre asfalto o superficies duras.

Llegar es lo importante, no la hora

  • Detenerse durante el viaje: la posibilidad de parar el vehículo siempre tiene que barajarse en condiciones meteorológicas adversas, a no ser que sea imprescindible continuar el viaje. Eso sí, antes de hacerlo, hay que asegurarse de parar en un lugar visible y seguro, donde no se pueda provocar un accidente. Espera a que la tormenta amaine, siempre será la mejor opción para llegar.

Fuente: EuroTaller