Se ha convertido, desgraciadamente, en un elemento más que nos acompaña en nuestro día a día y eso supone también un elemento más a tener en cuenta cuando nos ponemos al volante.

La obligatoriedad de su uso para evitar un contagio por coronavirus hace más que conveniente llevarla, excepto si viajamos solos o con convivientes.

Pero, aunque es un elemento de seguridad para nosotros, también tiene inconvenientes a la hora de conducir.

Hay que recordar que tenemos que tapar los agujeros de la nariz y la boca. Así que llevar la mascarilla demasiado alta puede hacer, por ejemplo, que se nos empañen las gafas con el riesgo que eso supone. También que se nos pueda mover, aunque no llevemos gafas, en algún movimiento y que nos pueda llegar a tapar los ojos con lo que aumentamos el riesgo de tener un accidente.

Otro componente de riesgo que puede presentar la mascarilla para la circulación es que nos podamos sentir agobiados y nos aumente el estrés al conducir.

Recomendaciones:

  • Usa mascarillas que, además de útiles, sean lo más cómodas posible, para conducir.
  • Coloca correctamente la mascarilla.
  • Lleva siempre las gafas lo más limpias posible. La suciedad y la grasa en los cristales hacen que se empañen más fácilmente. Usa productos anti vaho.  
  • Minimiza los riesgos por si te molesta la mascarilla aumentando ligeramente la distancia de seguridad, comprobando mejor los ángulos ciegos, etc.

¡Cuida de tu seguridad y de la de los demás!